Este falso risotto de setas, inspirado en una receta del reconocido chef Martín Berasategui, es una propuesta de alta cocina que rinde homenaje al sabor profundo y elegante de las setas. Elaborado con ingredientes de primera calidad como el foie, el jamón ibérico y el queso parmesano, este plato alcanza su máxima expresión gracias al uso del surtido de setas deshidratadas y boletus seleccionados de Laumont, firma especializada en productos gourmet del bosque. La combinación de texturas, el aire de setas y los matices trufados convierten este risotto en una experiencia sensorial digna de los paladares más exigentes. Ideal para celebraciones o menús especiales.
- Palabras clave:
- Falso risotto de setas,
- Receta de Martín Berasategui,
- Setas deshidratadas,
- Puré de hongos,
- Alta cocina
Ingredientes para el falso risoto de setas con ibérico y avellanas
80 g de mix de setas deshidratadas
250 g de setas frescas o congeladas (para glasear y decorar)
40 g de mantequilla (para el risotto)
25 g de mantequilla (para el puré de hongos)
25 g de mantequilla (para la base de la sopa)
20 g de cebollino fresco picado
40 g de mascarpone
50 g de queso parmesano rallado
60 g de hongos (para el puré)
80 ml de caldo (para el puré de hongos; puede ser caldo de ave o vegetal)
40 ml de nata líquida para cocinar (puré de hongos)
30 g de foie en cubos pequeños
1 cucharada de jugo de trufa (opcional)
40 g de arroz (para el caldo de arroz)
½ cebolleta
1 diente de ajo
50 ml de vino blanco
300 ml de caldo de ave
250 ml de agua (para cocción del caldo de arroz)
100 ml de caldo de ave adicional (para setas glaseadas)
1 cucharada de perejil fresco picado
80 g de champiñón laminado
½ chalota
30 ml de oporto
60 ml de nata líquida (para la base de la sopa)
3 claras de huevo
150 g de avellanas peladas y repeladas
2,5 g + 5 g de sal fina
80 g de azúcar
1 cucharada de aceite de girasol (para el acabado de las avellanas)
12 láminas finas de jamón ibérico
12 puntas de salicornia
Láminas finas de espárrago blanco
Pétalos de flor comestible
Brotes de rúcula