Con un cuchillo adecuado, abrimos el queso por la mitad.
Laminamos la trufa negra y la colocamos encima de una mitad del queso.
Juntamos las dos mitades y envolvemos el queso en papel film.
Dejamos el queso en la nevera durante unos 4 o 5 días.
Cortamos el queso, y ya lo podemos disfrutar.
¡Buen provecho!
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